Si preguntamos a cualquiera sobre la educación, especialmente si es alguien con hijos, la respuesta será clara, la educación no funciona, está hecha una pena.
Luego, las razones serán muy diferentes. Los habrá que te digan que ya no se enseña como antes, que el nivel ha bajado mucho, o que no hay disciplina en las escuelas, que ahora son los alumnos los que pegan a los maestros.
También estarán los que te hablen de que los maestros están mal formados y en su mayoría no tienen vocación. O que el plan de estudios es un desastre y las políticas de educación no hacen más que empeorarlo.
Por supuesto, no faltarán los seguidores de las teorías conspiratorias que te dirán que la educación están en manos de unos pocos y se rige por el deseo de controlar las mentes de las personas.
Yo, por mi parte, pienso que la educación simplemente está desfasada y que su mayor problema es lo mucho que ha mejorado en la consecución de sus objetivos. Ya lo sé, esto último parece contradictorio.
Está desfasada porque su objetivo era educar a los niños para convertirse en trabajadores obedientes, con conocimientos estandarizados que no cometiesen errores. Cuando ahora lo que necesitamos son trabajadores o emprendedores innovadores, creativos, conectados y con iniciativa.
El problema es lo mucho que ha mejorado, porque los objetivos de la educación no están alienados con las necesidades del mercado laboral actual ni lo estuvieron nunca con las del alumno. Es decir, tenemos una educación que ha mejorado mucho, pero persigue objetivos equivocados, incluso perjudiciales.
Por mi parte, ya hace tiempo opté por tomar medidas que muchos tendrán por radicales, la de no escolarizar a mis hijos, la de confiar en la curiosidad como motor del aprendizaje de cualquier persona, la del unschooling.
Hoy me he cruzado con un cuestionario de Jake Halpern. Realizado sobre 2007. En él hacía diferentes preguntas a 650 adolescentes, dos de los resultados me han sorprendido especialmente:
[1] Prefiero ser famoso a ser listo…
Una de las preguntas decía: «Si pudieras apretar un botón y ser más fuerte, listo, famoso o guapo, ¿qué elegirías?»
Parece ser que los chicos eligieron el mismo número de veces ser famoso que ser listo. Las chicas eligieron más a menudo ser famosa que ser lista.
[3] Yo no quiero ser senador ni presidir una gran universidad, a mí, que me den un puesto como asistente de algún famoso …
El cuestionario preguntaba, ¿de mayor qué quieres ser? Aquí tienes las opciones y el porcentaje de votos que recibieron:
- Ser director de una compañía como General Motors – 9.5% de votos
- Ser un Navy Seal (una unidad especial de combate) – 9.8% de votos
- Ser senador de los EE.UU – 13.6% de votos
- Ser presidente de una universidad importante, como Harvard o Yale – 23.7% de votos
- Ser el asistente de un cantante muy famoso o de una estrella de cine – 43.4% de votos
Yo aquí veo dos cosas, aversión al conocimiento (lógico si te obligan durante 12 años a aprender cosas que no te interesan) y falta de seguridad para el liderazgo (no podría ser de otra forma en un lugar en el que constantemente están juzgándote y en el que el fracaso es castigado con malas notas).
No sé si el unschooling es la solución, pero lo que tengo claro es que la educación tradicional en los colegios no lo es y está haciendo mucho daño.
elotro
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